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¿Cómo Repartir las Acciones entre Cofundadores de tu Startup? (Y Evitar Conflictos)

Fundadores de startup en reunión discutiendo reparto de acciones en sala de conferencias

Distribuir las acciones de una startup puede parecer, desde fuera, algo sencillo. Sin embargo, quienes están dentro saben bien que se trata de una de las decisiones más delicadas y, en ocasiones, tensas del proceso emprendedor. Los cofundadores a menudo se enfrentan a fuertes dilemas, pues un reparto mal acometido llega a paralizar equipos, desatar litigios e incluso frustrar el propio crecimiento del negocio. Por el contrario, un acuerdo racionalizado, claro y acompañado de sólidas garantías legales logra motivar al grupo y atrae inversores interesados en comprometer su capital, cuidando así el futuro del proyecto. No olvidemos que el buen funcionamiento de una startup muchas veces se juega en detalles como este.

¿Por qué un reparto equitativo es la base del éxito?

Hay gente que, casi por inercia, propone que quien fundó la idea o comenzó primero obtenga más participaciones. Sin embargo, la vida real demuestra que lo que hace que un proyecto prospere de verdad no es tanto lo ocurrido ayer, sino el compromiso y la capacidad de sobreponerse juntos cuando, por ejemplo, todo va cuesta arriba. Por cierto, una distribución equitativa de la tarta accionarial tiene el poderoso efecto de dejar claro a todos que cada uno es tan importante como el resto; como ocurre en un equipo de remo, si uno tira menos, el barco sencillamente no avanza bien.

  • Cuando todos sienten que forman una parte esencial del cap table, se esfuerzan más y se quedan cuando llegan los inevitables momentos críticos.
  • Si hay cofundadores a tiempo parcial, es un error ponerles en el mismo pedestal que quienes han renunciado a todo por la empresa. No hay nada más desmotivador que repartir el mismo premio a quienes apenas han sudado la camiseta.

Además, la transparencia evita sentimientos de injusticia que, tarde o temprano, terminarían desapareciendo la energía necesaria para impulsar la startup. En el fondo, repartir participaciones refleja cuánto se valora la dedicación de cada uno y cómo se quiere construir el futuro común. Nadie quiere quedarse remando solo en un barco donde otros solo navegan de paseo.

¿Cómo proteger la startup si un cofundador abandona el proyecto?

Incluso en grupos muy unidos, pueden surgir cambios de rumbo inesperados. Si un cofundador decide dejar la startup, proteger el reparto de acciones se convierte en una necesidad urgente. Por eso, en este ecosistema es casi obligatorio recurrir a soluciones probadas que impidan que quien ya no contribuye siga beneficiándose como si nada, lo que podría complicar y limitar futuras rondas de financiación. Dos mecanismos, que casi todo pacto de socios serio incorpora, son sumamente útiles en este contexto: vesting y cliff.

El mecanismo de vesting y cliff explicado

Ambos funcionan como guardianes silenciosos. Al integrarlos en el pacto de socios, ayudan a garantizar que el reparto de participaciones se consolide solo si hay verdadera permanencia en la compañía. Además, ofrecen seguridadtanto para quienes siguen como para nuevos inversores que temen toparse con socios desenganchados. Es como poner un temporizador en la entrega de las acciones, asegurando que se ganan trabajando cada día, y no de una sola vez.

¿Qué es el vesting?

El vesting es un proceso gradual: el socio fundador “gana” sus participaciones a medida que pasa el tiempo, casi como quien completa un álbum, casilla a casilla. Suele durar cuatro años, rara vez menos, y solo al final el fundador recibe el 100%. Si alguien se va antes, su porcentaje se recorta y reparte entre quienes se quedan, eliminando la posibilidad de accionistas que no suman.

¿Para qué sirve el cliff?

Por su parte, el cliff plantea una línea de salida clara: el primer año es como una etapa de prueba. Hasta que no se cumple, no se obtiene ninguna acción. Si alguien se va antes, su aportación es mínima y se limita a una cantidad simbólica que no le otorga poder, evitando los llamados "socios fantasma". Supere quien supere ese capítulo, consolida una parte y a partir de ahí sigue ganando trozos, poco a poco.

Implementar vesting junto con un cliff de doce meses es una jugada estratégica, por ejemplo, si se aspira a captar inversión o se quiere evitar bloqueos internos por participaciones inmerecidas, que a la larga solo alimentan tensiones innecesarias.

¿Qué modelos y métodos puedes usar para repartir las acciones?

Según el clima del equipo, la fase de la compañía y la experiencia previa, elegir el método ideal puede parecer casi arte. No siempre lo tradicional es lo mejor, aunque a veces funciona sencillamente bien y no da disgustos. Lo habitual es oscilar entre dos caminos: reparto fijo con vesting y distribución dinámica tipo Slicing Pie.

El modelo tradicional: Vesting con reparto fijo

En la mayoría de las startups, se prefiere el modelo clásico porque es directo y elimina debates innecesarios. Los fundadores acuerdan desde el principio un porcentaje fijo, que queda sujeto a vesting y cliff. Esta fórmula da mucha tranquilidad: todos conocen su pedazo del cap table y se evitan sobresaltos. Es el método más cómodo cuando el pacto de socios y la confianza ya vienen de lejos. Por supuesto, funciona especialmente bien cuando hay claridad en cuánto aporta cada miembro e incluso de cara a inversores que no quieren sorpresas.

El modelo dinámico: Slicing Pie

Slicing Pie suena diferente y lo es. Aquí el equity se reparte según lo que realmente aporta cada cual, como si cada acción fuera una ficha en un tablero de juego. Sirve para equipos flexibles, donde el esfuerzo o el dinero inicial no se mide igual y cada contribución, desde financiación hasta contactos, cuenta. Lo curioso es que no se fija nada por adelantado; el porcentaje se actualiza según las “piezas” acumuladas, calculando la participación sobre el total del cap table. Es especialmente útil en acuerdos de bootstrapping.

CaracterísticaModelo de Vesting FijoModelo Slicing Pie
Base del repartoAcuerdo inicial fijo (porcentajes predefinidos)Contribuciones reales que cambian en el tiempo
FlexibilidadBaja o limitadaMuy alta, evoluciona con cada esfuerzo extra
ComplejidadMuy sencillo y transparenteDemanda disciplina y seguimiento continuo
Ideal para...Equipos consolidados con roles clarosStartups inestables y aportaciones irregulares

Elegir uno u otro rara vez es trivial, pero tener estos modelos claros simplifica mucho el debate e incrementa el compromiso.

Comparación de modelos tradicional vs dinámico para reparto de acciones startup

¿Qué aspectos legales y fiscales debes tener en cuenta en España?

No basta con el apretón de manos: en España, los acuerdos tienen que soportarse sobre papeles formales. Es la única manera real de evitar sobresaltos si las cosas no salen como se esperaba. Por ejemplo, la correcta inscripción de participaciones o cambios en la cap table puede ser lo que marque la diferencia en una inspección o cuando llegue una ronda de financiación seria.

Implicaciones legales clave

  • La Ley de Sociedades de Capital (LSC) marca las pautas para emitir y transmitir acciones. Saltársela implica riesgos.
  • El pacto de socios es mucho más que un papel: es quien pone orden y dicta cómo actuar si surgen problemas, incluyendo requisitos sobre vesting, cliff y derechos preferentes.
  • Algunas disposiciones tienen que plasmarse en los estatutos. Así, cualquier tercero sabrá que existen limitaciones a la transmisión de participaciones.
  • El Registro Mercantil es el guardián que valida cualquier modificación relevante, sin cuya inscripción diluiría el efecto legal de los acuerdos.

Implicaciones fiscales básicas

Hacienda casi siempre tiene la última palabra. Otorgar participaciones a cambio de trabajo puede considerarse retribución en especie, con todo lo que eso supone a nivel de impuestos. Por ello, el vesting se convierte en un aliado, porque puede diferir la tributación hasta consolidar derechos. De todos modos, el asesoramiento fiscal profesional en la operación es vital, ya que un simple error al calcular la liquidación de las participaciones puede salir caro mucho tiempo después.

Documentos legales españoles sobre distribución de acciones y implicaciones fiscales

¿Cómo crear un acuerdo de fundadores a prueba de conflictos?

Ningún pacto de socios es infalible, pero uno bien armado es el mejor seguro contra bloqueos peligrosos y salidas tensas. Aparte de los mecanismos típicos, conviene incluir unas pocas cláusulas que aportan una protección clara a cada fundador y dan tranquilidad a inversores preocupados por la gobernabilidad futura, sobre todo en rondas de financiación complejas.

Cláusulas que no pueden faltar en tu pacto de socios

  • Derecho de acompañamiento (Tag-along): Permite que los minoritarios vendan si los mayoritarios lo hacen, para que nadie quede atrapado en la sociedad.
  • Derecho de arrastre (Drag-along): Obliga a todos a vender si los mayoritarios aceptan una oferta por el 100% de la empresa, dando flexibilidad ante compradores y evitando bloqueos.
  • Derechos de adquisición preferente: Los socios podrán comprar participaciones antes que terceros si alguien decide salir, lo cual mantiene el control interno.
  • Solución de bloqueos: Con mecanismos claros para decidir ante empates, impedirás que la empresa se convierta en una sala de espera eterna.

El rol del CEO en la gestión del equipo fundador

El CEO, más que un simple gestor, debería tener herramientas para reconducir a compañeros poco implicados, incluso forzando salidas si es necesario. Eso sí, todo bajo criterios objetivos y recogido por escrito en el pacto de socios, reforzando el liderazgo real y la salud general del proyecto. Así se asegura que los que suman tengan capacidad para resolver rápidamente los problemas y no se deteriore la dinámica del equipo.

CEO liderando reunión sobre gestión de equity y roles de fundadores

¿Cómo planificar el equity para futuros empleados e inversores?

Mirar solo el presente es un error común. Anticipar necesidades futuras de talento y capital es clave, y aquí el cap table vuelve a entrar en juego. Crear desde el inicio una bolsa o stock options pool que represente entre un 10% y 15% del capital permite incorporar empleados valiosos sin sorpresas ni improvisaciones de última hora. Casi siempre se recomienda estructurarlo justo antes de una ronda de financiación, cuando los inversores suelen exigirlo como condición. Equilibrar bien ese pool evitará diluciones excesivas y será determinante para el éxito de la siguiente etapa.

Al dimensionar la reserva, hay que pensar en quién querrás sumar antes de la próxima ronda, de modo que el reparto de participaciones siga siendo justo y atractivo tanto para los viejos fundadores como para los nuevos compañeros e inversores.

Cap table proyectado mostrando allocación de equity para empleados e inversores

¿Qué herramientas pueden facilitar la gestión del equity?

A medida que la startup gana velocidad, la gestión de la cap table puede tornarse casi un mini-empresa aparte. Por suerte, existen plataformas que hacen llevadero lo que antes era un mar de hojas de cálculo y firmas en papeles polvorientos. Algunas opciones prácticas incluyen:

  • Plantillas profesionales: Las versiones revisadas por especialistas para pactos de socios y acuerdos de vesting facilitan dejarlo todo bien atado desde el primer día.
  • Gestores digitales de equity como Eqvista: Permiten visualizar la evolución del cap table, lanzar rondas de financiación digitalmente y activar planes de vesting con apenas unos clics.
  • Calculadoras y modelos dinámicos: Herramientas tipo Slicing Pie hacen sencillo y transparente gestionar el reparto variable basado en contribuciones reales.
  • Paquetes integrados para fundadores: Suites como Foundersuite fusionan gestión de inversores, instrumental legal y simuladores de escenarios, todo en un mismo espacio.

A pesar de toda esta ayuda tecnológica, conviene ser prudente y revisar exhaustivamente los acuerdos con asesores legales y fiscales expertos en normativa española, para no caer en trampas burocráticas o malentendidos que luego puedan costar muy caros.

Dedicar tiempo a trabajar en el reparto de acciones no es una pérdida, sino la mejor inversión a largo plazo que un grupo fundador puede hacer por su propia tranquilidad. Un esquema informado y justo transforma el cap table en el motor de la motivación colectiva y elimina muchos conflictos. Si algo queda claro, es que tener la caja de participaciones en orden ayuda más de lo que se piensa a crecer sano y rápido.

En definitiva, lejos de ser un simple repartidor, el equity bien estructurado es la brújula de cualquier startup ambiciosa. Con transparencia y reglas bien explicadas, cualquier pacto de socios se convierte en el mejor escudo frente a las tormentas y una plataforma firme para construir grandes cosas juntos. Ahí reside parte del verdadero secreto del éxito emprendedor.

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